Su elaboración es totalmente artesanal y se realiza en unas tinajas de barro llamadas pitarras que dan nombre al vino.
La uva, se despalilla, se pisa y se vierte en la tinaja donde fermenta durante uno o dos meses aproximadamente. Durante este tiempo se revuelve periodicamente la tinaja.
Una vez fermentado se trasvasa a una tinaja vacia.
No se usa ningún tipo de producto químico y el resultado es un vino natural, turbio y ligeramente alcohólico.

Formato botella de cristal de 750 ml.